"En cualquier caso, quiero que sepas que me prometí a mí misma y a ti, aunque no me entendieras y no supieras lo que te estaba contando, que trataría de no intentar convertirte en un apéndice de mi persona, ni en un vehículo de mis ambiciones, ni en un espejo para mis vanidades, que respetaría tus opiniones y tus gustos incluso si no coincidían con los míos y que me esforzaría en lo posible para hacerte sentir querida y válida. (...) La vida es eterna. Y se ha manifestado a través de tu cuerpo."
Lucía Etxebarría, Un milagro en equilibrio
Tienes un regalito en BIBLORANCA. Besitos.
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